Monday, January 21, 2008

Aceptando.

Las personas testarudas generalmente tenemos un problema. Nos tienen que decir las cosas mil veces. Pensar mas, para acordarnos de conceptos o razones que tratamos de obviar. Nos cansamos mas, porque desandamos y andamos por el mismo camino una y mil veces para llegar a lo que queremos y si por alguna razón, ajena a nosotros, no llegamos... buscamos el camino alternativo para dar al mismo lugar. En mi caso particular, hasta que no me den una buena razón para claudicar o pensar que no estoy en lo cierto suelo seguir, seguir y seguir hasta cansarme. Para muchos este rasgo en la personalidad de ciertas personas esta bueno. Alguna vez me lo han ponderado. Siempre preferí ser perseverante antes que no intentar. Pero hay otras veces que esta cualidad pasa a ser un defecto. Un defecto que solo nos choca a nosotros mismos con las consecuencias. Muchas veces nosotros, los testarudos, conseguimos lo que queremos. Si me remonto a situaciones del pasado, me doy cuenta de que logre muchas cosas a favor con este rasgo. Pero hay varias veces que este rasgo solo extiende lo inevitable y el golpe final es mas fuerte que si hubiésemos abierto los ojos anteriormente.
Tengo la suerte de no haber sentido jamás la necesidad de pedirle a alguien que se vaya de mi vida. Puedo modificar su rol en mi camino, su papel, o su importancia pero nunca eliminarla. Gracias a Dios, siempre que una persona llego a pasar la barrera, que nos autoprotege, para intercambiar cariño y/o afecto nunca se tuvo que ir. Me gusta conservar. Guardo todo. Desde los dibujitos que hacia de chica hasta las cartas o fotos que marcaron ciertas etapas de mi vida. Y lo mismo me pasa con las personas. Nunca las quiero erradicar. Me cuesta entender cuando escucho a la gente hablar de ciertas personas como desconocidas, cuando uno estuvo tiempo atrás frente a un lazo importante entre ellos. ¿En que momento se deja de querer a alguien? ¿Se puede o será que realmente ese lazo nunca existió? Entiendo que el amor se puede transformar y la importancia puede disminuir, pero siento que hay un camino muy amplio en el medio para que ese afecto que alguna vez se sintió pase a ser algo insignificante. No me imagino dejando de querer alguna vez a alguien que sentí tan importante como para regalarle un "te quiero". Es imposible. Sea un amigo, un familiar o alguien con el que tuviste algún tipo de relación. Te podes pelear, podes dejar de frecuentarla, podes dejar de prescindirla pero nunca dejar de querer. Con esto no quiero decir que quiero a todo el mundo. No suelo repartir esas dos palabras por lugar que transito o persona que frecuento. Pero una vez que uno lo hace creo que lo hace por tiempo indefinido. No creo que exista una fecha de vencimiento para un sentimiento.
Sin duda, los miedos mas fuertes que las personas tenemos están directamente relacionados a nuestros seres queridos. Por ejemplo, ocasionalmente suelo ser un poco distraída con mi propia seguridad y el miedo a que me suceda algo a mi es casi nulo a comparación con el miedo y la parálisis que me causa pensar en esa posibilidad para un ser querido. Cuando uno quiere, se expone. Quedamos expuestos a nuestros sentimientos, inseguridades y miedos. En cierto modo perdemos el control de las cosas. Mi familia y amigos saben que dentro de mis posibilidades voy a estar siempre, independientemente de la frecuencia con las que nos tratemos. A cualquier hora, en cualquier lugar, saben o espero que sepan que siempre me voy a interesar por ellos y sus cosas. Y la razón no es otra que la mas simple: TIENE QUE SER ASÍ. Es lógica y es realidad.
Cuando alguien te dice, con un mensaje, una mirada, o con hechos que te vayas de su vida inevitablemente nos invade una sensación de nostalgia que molesta mucho. Ni hablar si a quien se lo dicen es alguien como yo que siempre hago todo de mi para sumar en lugar de restar. Conservar mis amigos y mis afectos. Jamás me había imagino que existía la posibilidad de irte de alguien a quien uno estima. Y me dolió. Pero después de un par de días de lagrimear un poco y de enojarme mas, entendes que simplemente lo mejor que uno puede hacer es aceptar y respetar las cosas y deseo del otro, independientemente de si lo entendemos o no. Y si no entras en la vida de la persona que tenes en frente es porque esa persona no tenia que estar tampoco en tu vida. Y en ese punto te das cuenta de que no hay testaruda que valga, ni perseverancia que funcione, solamente queda irte y seguir con la teoría de sumar en vez de restar, encontrando gente que piense como uno, para que en un futuro no se vuelva a escuchar un pedido de retiro que nos vuelva a lastimar.

Monday, January 07, 2008

Bienvenido

Casi me convencen. Estaba a punto de pensar que tenían razón. Conceptos como " a veces esta bueno estar mal", "nunca uno esta bien del todo", "no elegimos como nos sentimos" y bla bla bla... empezaban a rondar por mi cabeza, inundando mis pensamientos. Pero, gracias a Dios, puedo decir que no lo lograron. Si, sin duda no me convencieron. Faltaba poco para escucharme decir "tenían razón" pero parece que mi terquedad, por primera vez en la vida, me jugo una buena pasada. No podía tolerar terminar el año de manera negativa, con ideas que nada tienen que ver con mis valores y con lo que yo creía hasta ahora. Opté por tranquilizarme, por parar un poco, hacer modificaciones en mis itinerarios y cambiar por un rato mis costumbres. Cambie un pasaje, y compré otro hacia un destino que hasta ahora no conocía. Esta bueno cambiar de aire de vez en cuando, abandonar hábitos para ver lo desconocido, para saber, por nosotros mismos, si nos estamos perdiendo de algo o si lo anterior bien vale la pena. Vaya sorpresa que nos puede tocar cuando menos lo imaginamos.
Tengo que reconocer que no fue un año fácil. Hasta ahora venia esquivando los problemas, o los problemas me iban esquivando a mi... no sé... pero de verdad no estaba acostumbrada a transitar por periodos en los que uno no sabe que siente o que le pasa. Jamás había dudado de mi estado de animo, sabia reconocer fácilmente lo que me gustaba y lo que no me gustaba, podía afirmar cuando estaba bien o mal, y no había tenido necesidad del consejo de nadie. Pero este año fue diferente. No puedo decir que fue malo porque, sinceramente, estaría mintiendo. Prefiero catalogarlo como especial. Cargado de emociones fuertes, inesperadas y poco precisas. Con personas transitorias, fáciles de reconocer, que se quedaron con el 2007 y con un papel determinado. Con un balance distinto, largo, detallado y con una enseñanza que sin dudas marca algo.
Había llegado diciembre y con este último mes, un sin fin de preguntas que me estaban convirtiendo en la clase de persona que detesto: insegura. Pero no hablo de inseguridades propias, hablo de la inseguridad que me trasmitía lo ajeno. En mi casa, en mi trabajo, en mi vida personal, en mis amistades y en lo cotidiano me había empezado a relacionar con personas que disfrutaban de la miseria. Los pesimistas. Los que hablan de si mismos todo el tiempo, "yo, yo y yo" y traen al presente los problemas que tuvieron desde los 2 años de edad. Las victimas. El tipo de persona que le gusta que le acaricien el lomo buscando consuelo y complicidad en sus penurias. Empezaba a ver la realidad con un gris que no me gustaba nada.
Pero cuando uno menos se lo imagina, cuando estamos a punto de conformarnos con lo que no queremos o no es lo que esperamos aparece la OPORTUNIDAD. La oportunidad para cambiar lo que no queremos y elegir como queremos estar. Mi terquedad hizo que le de una nueva oportunidad a mi año especial, remover todo lo que me paso, rebuscar en los últimos momentos para RESCATAR LO POSITIVO, para ver que no todo es TAN GRAVE. Que a veces tendemos a dramatizar las cosas y a creernos nosotros mismos nuestros propios dramas. Me convencí de saber lo que quería, cuando simplemente NO SABIA QUE ES LO QUE QUERÍA y eso no lo podía aceptar. Fue entonces que decidí no darle importancia a lo que por fin creo que no merece mi atención y dedicación. Cambiar, aprender de los errores y mejorar. Aceptar "me paso esto, es así, no se puede modificar" y ver con esta aceptación que puedo hacer para que no me moleste mas. Y, para mi propio asombro, poco a poco la realidad se fue transformando. Tal vez influiste, o tal vez no. Abrirnos otra vez a la aventura de conocer nueva gente siempre trae aparejado sensaciones raras, y esas sensaciones están buenas, aunque sea hace poco tiempo las rescatas y las incluís en el balance aunque hayan aparecido casi al final. Pero cuando por fin dejas de buscar algo determinado, cuando por fin entendes que las cosas buenas llegan solas y tan fácil que hasta uno mismo se sorprende de lo feliz que te pone porque uno vuelve a reír a carcajadas como me gusta reírme a mi. Lo malo que pasamos con terceros o situaciones se va corriendo a un segundo plano, empezas a dejar de lado la bronca, rencor o sentimiento negativo para empezar a ver todo con la mirada de "y bueno... paso por algo, y ese algo es esto, y ese esto ME ENCANTA, porque si no hubiese pasado aquello no tendría esto". Y es ahí cuando el año nuevo nos viene bárbaro, para elegir que llevamos con nosotros a otro capitulo de nuestra vida y cerrar lo anterior, erradicarlo con lo que no nos sirve y hacerlo bien... con un cariño, un mensaje o unas palabras que nos dejen en paz a nosotros mismos.
Y yo elegí estar bien, no solo por mi si no también por respeto a todo lo bueno que forma parte de mi vida. Y entonces el color gris se fue transformando en un color mas divertido y esta bueno saber que la vida te sorprende y de repente aparece de la nada gente que ahora también te acompaña, concordando con lo que queres para vos y crees importante, haciendo que te rías cuando te acordas de cosas caminando sola por la calle porque simplemente piensa que reírse es la mejor manera de vivir. Y a esas personas son sin dudas a las que le digo BIENVENIDOS A MI 2008!