Monday, November 05, 2007

El viento no se lleva las palabras.

Son pocas las cosas que me enojan. Generalmente trato de no hacerlo. Voy aprendiendo a ser tolerable. Trato. A veces se me complica, pero nunca dejo de intentar. Una vez me dijeron o escuché (no sé muy bien) que había cosas que no tenían explicación. No sé si soy cabeza dura, pero creo que eso es una equivocación. A mi entender, todo tiene un porque y una razón. Lo que sucede es que son pocas las personas que se detienen a pensar, a replantear y a sacar conclusiones. Cerramos, abrimos y cerramos en un tiempo vertiginoso. Vivimos jugando al "acá no paso nada" y las personas que paran para espiar, sacar las moralejas y aprovechar las experiencias se convierten en la gran minoría. Y seguimos así, como si nada, repitiendo errores y culpando a lo "inexplicable".

En nuestra vida necesitamos filtros. Nuestras preguntas, nuestros actos y comportamiento, son un continuo examen a las personas que nos rodean. Elegimos a quien obviar, y a quien conocer. Esto esta directamente relacionado a lo que queremos para nosotros. A veces somos tan injustos que el juicio y/o sentencia que hacemos sobre una persona dura lo que tardamos en parar un taxi. Sin embargo no pienso que esto este del todo mal, ya que no podemos tomarnos el tiempo de conocer a todo el mundo. El problema viene cuando nos equivocamos en nuestros juicios. Cuando le damos lugar a lo banal, aunque también crea que las equivocaciones traen las mejores lecciones. Pero... ¿A qué viene todo esto?

"Las apariencias engañan". Frase conocida, pero también muy real. ¿Cuantas veces compramos eso que en las publicidades o con el envoltorio se veía tan espectacular y, cuando llegamos a casa, no era más que una simple pavada? ¿Quien no conoció una persona que creyó especial, regia, divina y que un día se dio cuenta que era mas común que corriente? Todos, absolutamente todos pasaron alguna vez una situación así. Todos tenemos mascaras (chiquitas) que cuidan y preservan lo que no quiero mostrar socialmente. Tenemos secretos, cosas y algo que se llama privacidad que cuidamos con uñas y dientes para que no sea expuesta. Y no esta mal ya que, como dije antes, nosotros elegimos a quien hacer parte de eso que queremos que el mundo no vea. Problemas tiene la gente que quiere forzar esa entrada a la privacidad del otro, hurgar por anécdotas o pasados que no le pertenecen. Para mi existen tres maneras de abrirse a una persona, la primera es gracias a el tiempo, la segunda es gracias a la percepción (sentir la buena madera de otro) y la tercera es por equivocación.

Una mascara esta bien, un disfraz: NO. Disfrazarse es mostrar algo que no es. Mostrar lo que no es, es mentir. La mentira es algo que me enoja. El engaño es algo que me decepciona. Decir algo que no es cierto con fines egoístas, actuar un papel como si estuviésemos en un teatro, obviar la sinceridad para conseguir algo determinado, pretender, ocultar, emboscar y la mentira (no piadosa) me descoloca. No la entiendo, me hace sentir ingenua. Creo que las personas mienten para conseguir tapar inseguridades. Una persona segura de si misma y de sus actos no necesita mentir ni actuar un rol determinado. La mentira no sólo goza de un prestigio negro, sino que desprestigia al que la ejerce, y lamentablemente en estos casos no existe ningún tipo de excepción.

Estoy escribiendo sobre el disimulo para propio beneficio, el engaño deliberado. La mentira que viene de la mano del egoísmo. De las mascaras que se convierten en disfraces. Aunque crea que las mentiras muchas veces dicen más de lo que uno se imagina, ya que estas te dicen lo que las personas quieren ser y no pueden. El que las dice intenta que sus palabras transmitan una determinada impresión de sí mismo, la creación de esa impresión es su objetivo y lo que le da sentido. Su intención es dar al oyente una falsa impresión de lo que pasa por la mente del hablante. Y esto, para mi, es lo mas bajo que alguien o vos pueden caer.

Adicional a todo, una mentira conduce a otra y después, cuando esta secuencia de información se nos escapa de la mano, el conocimiento de la verdad por parte de los involucrados resulta en una situación peor que si hubiéramos dicho la verdad desde el principio. Y usualmente siempre nos arrepentimos después. Uno trata de ocultar la verdad, trata de mentir, y hasta es capaz de creerse las propias mentiras que dice, pero siempre siempre alguien habla.

Mi tolerancia hacia las personas que ejercen este patrón es normalmente muy chiquita, y a menudo sólo necesito encontrar una mentira para que esa persona ya no sea de mi confianza. Esto por supuesto es moderado por la importancia del hecho. ¿No es mucho mas fácil ser sincera? Considero que tengo un mecanismo de autocensura que me hace callar antes de dañar, pero nunca engañar. No puedo mentir para complacer a la gente, prefiero el silencio. No me sale, y menos con la gente a la que estimo.

Igual debo reconocer, y supongo que les pasara a muchos, que la mentira en si no es lo que mas indigna. Lo que trae aparejado es lo que verdaderamente irrita. Decepción. Me enojo con este sentimiento, porque para que yo me decepcione tuve que haber puesto expectativas en algo y haber confiado primero. Y como nosotros mismos elegimos en quien confiar, no puedo negar que la equivocación inicial fue mía. Es acá donde me vuelvo vanidosa, el momento en que me enojo, y también el momento en que me doy cuenta de que con nuestros filtros y sentencias muchas veces nos equivocamos.

6 comments:

Sin daños a 3ros said...

Wooooooooow!!!!!!
No me gustaria estar en el lugar del destinatario de este post. Una mujer con el caracter que pareces tener asi de enojada asustaria a mas de uno.
Los filtros son una verdad, vivimos utilizando filtros cada vez que conocemos a las personas. Lo de los juicios tambien es una realidad, sabes la cantidad de personas a las que les cerramos la puerta sin conocerlas??
Chiquita el que miente es una persona insegura, si te decepcionaron a vos por lo que te lei y por la clase de persona que se nota que sos (Sencible, centrada, inteligente) es porque el o ella no estan en sus cabales.
Muy bien escrito, mucha altura, mucho razonamiento y mucho analisis.
Hasta la proxima

CeCe said...

Comparto plenamente con "sin daños a 3eros".
Hola soy leo (harpo) y no podría precisar como llegué aquí, pero sí me gustaría comentarte que me he tomado largo rato leyendo tus escritos los cuales me han gustado mucho. Espero no te moleste esta repentina visita de alguien a quién no conocés ya que me gustaría volver a pasar en el futuro, de esta manera me gustaría darte la bienvenida a mi espacio en el momento que gustes.

Saludos

Matta said...

Gracias por tu visita y este artículo tuyo es de verdad muy decidor.....decepcionarse de algo o alguien no es para nada llevadero....saludos desde Chile

C. W. Karl said...

LUZ, la tolerancia es una virtud. Quien no admite las posturas ajenas antes que nada es intolerante consigo mismo y posteriormente la traslada al resto de su familia, amigos y a la sociedad en general. Ponerse en el lugar del otro para interpretarlo, aunque a veces resulte difícil, es algo que nos eleva espiritualmente y, ganamos el respeto de todos o al menos de casi todos.

Besos!
Charly

Rodolfo N said...

Un escrito cargado de razonamientos claros y profundos.Para analizar...
Besos

El Navegante said...

Hola bonita:
No es frecuente escuchar razonamientos tan profundos y reales de parte de gente jóven, no lo digo en forma soberbia, pues aún en los más maduros solemos cometer los mismos errores que tú resaltas, sin comtemplar esos prinicpios que hacen que la vida sea algo más noble y digna , la convivencia más sana y feliz, y la mirada a los ojos, sólo permita que se dejen traslucir los pensamientos en forma natural,sin caretas ni preconceptos.
Un besito, me encantó tu reflexión