Friday, October 26, 2007

Puertas

La sacaron prácticamente de la cama. Lo que iba a ser una noche tranquila, con un dvd de por medio y un kilo de helado de Freddo, termino siendo un encuentro totalmente inesperado. Estaba cansada... el trabajo, la facultad y la terrible idea de su mejor amiga de anotarla en los 10 kilómetros que se corren próximamente en su ciudad la tenían agotada. Reconocía que era una de las típicas noches primaverales de entre semana que son ideales para salir y disfrutar con amigos, aunque ese plan inicialmente no estaba en su mente.
Después de muchas insistencias, visitas sorpresas y la perseverancia de sus amigas se decidió por salir. Lo primero que hizo luego de la decisión de levantarse de la cama fue darse una ducha caliente, arreglarse el pelo, y elegir que ponerse: una mini blanca, musculosa negra y un par de aros... a esta altura ya estaba lista para empezar. Sacó fuerzas de donde no las tenia, y se dispuso a divertirse en una salida con amigas que, después de todo, últimamente las frecuentaba muy poco.
Salieron a comer, el programa ya estaba organizado, y nadie se había dado cuenta al elegir el lugar que ella odiaba con todas sus fuerzas la comida oriental. Pero bueno... gracias a Dios, en la mayoría de los lugares existe el tan famoso plan B: empanadas (aunque en este caso sean chinas)
Después de una comida variada en gustos y un par de rondas de cerveza acompañadas de charlas interminables poniéndose al día acerca de sus vidas, amores, desamores y proyectos nuevos, optaron por continuar la noche. Ya en ese momento estaba agradecida de haber tomado la iniciativa de aprovechar la noche tan linda que acompañaba a Buenos Aires. Sobraban risas y anécdotas vividas en tanto tiempo de amistad.
Llegaron a bailar pasadas las dos de la madrugada. Para su sorpresa el boliche estaba lleno. No podía evitar pensar en como le gusta salir a la gente ya sea un miércoles o un jueves. La más divertida del grupo invito la primera ronda de tragos. La música invitaba a bailar. Comenzaron a dejarse llevar por la noche y en el centro del lugar bailaron y bailaron sin parar. Los conocidos que se encontraban, venían de a poco a saludar. Es gracioso ver la reacción de los hombres frente a un grupo de mujeres solas bailando... Son como hormiguitas que te van rodeando y que tienen un discurso fijo sin variables, como si se lo hubiesen enseñado en el colegio y que tengan la edad que tengan siempre lo repiten una y otra vez cuando ven a una mujer. Esta vez ella hacia oídos sordos, no tenía en mente dejarse llevar por las mismas palabrerías baratas que últimamente estaba acostumbrada a escuchar.
Después de dos horas de un gran repertorio de música ochentosa, y un dolor de pies insoportable ya la idea de retirarse empezaba a rondar por su cabeza. Agarró sus cosas, silenciosa... sin decir nada, ya que odiaba que las personas que estaban con ella se sientan con la obligación de alcanzarla hasta su casa y comenzó la vuelta.
No esperaba encontrarlo ahí. Había pasado mucho tiempo desde la ultima vez que se habían cruzado, y ella ya creía que no lo volvería a a ver por mucho tiempo mas. Sin saber si la alegraba o la enojaba este encuentro, el cuerpo empezó a dar señales de que esta casualidad la incomodaba. Estaba parado contra la barra como es habitual, pata dura como él no hay. Si no la tocaban el temblor es fácil de disimular, pero lo colorada que se pone su cara frente a situaciones que la ponen nerviosa es imposible de obviar. Eligió el camino políticamente correcto, se disfrazo de cordialidad y con una mueca, que fingía una sonrisa, lo saludó.
Es raro como dos personas que se conocieron tanto, y compartieron tantas cosas juntas de un día para el otro pueden pasar a actuar como dos completos extraños. Desaparecen los códigos y la retórica se achica a frases sin significado alguno. Sin embargo había algo en sus ojos que le seguía pareciendo familiar. El lenguaje corporal y una mirada a veces dicen más que mil palabras, aunque a muchos le parezca un cliché.
Después de preguntarse si estaba todo en orden en sus vidas, después de preguntarse por sus respectivas familias, y de sonreírse para evitar los silencios incómodos... la agarro de la mano, paso siguiente a fundirse en un abrazo. Ella sabia que lo había extrañado mucho. El enamoramiento, el deseo o la pasión son fáciles de olvidar, pero una amistad no. Él era su amigo, y el hecho de no poder contar con él en sus logros o tristezas la había lastimado mucho. Aun así el tiempo es sabio, y pone a otras personas y enlaza nuestros caminos con el de otros y las cosas se empiezan a entender, y uno de repente encuentra la manera de seguir, superando estos desencuentros que existen en la vida de todos.
Al reincorporarse y al abrir los ojos, se volvió a encontrar con esa mirada tan alejada pero a su vez tan conocida. Ya no simulaba mas su sonrisa, ahora se había vuelto verdadera. Estaba feliz de poder mirarlo y comprender que lo peor ya había pasado. Él no le soltaba la mano, y ella ya sabía que era el momento de irse. Le replicó si la podía llevar hasta su casa. Sonriendo, ella le dijo que no... "La estaban esperando afuera", mintió. Con un beso en el cachete y un saludo con la mano, salio del lugar y continúo caminando hasta conseguir un taxi. A veces las personas no se dan cuenta de que existe una oportunidad en el día para cambiar o dejar atrás lo que nos hace o hizo mal, para mirar para adelante y solo espiar un poquito para atrás, para corroborar que estamos haciendo cosas para mejor y sonreír frente a lo que aprendimos. Ella esa noche lo analizó. Y aunque una mirada le diga que todo sigue como antes, para ella las cosas habían cambiado. Ella misma ya no era la de siempre y sus elecciones eran diferentes.

4 comments:

Sin daños a 3ros said...

Que verdad que hay en tus palabras. Cuantas veces nos guiamos por el impulso momentaneo y volvemos a caer en situaciones que ya son del pasado. Muchas veces vivi situaciones parecidas, en las que por no pensar bien las cosas volvemos a cometer un error. Tu descripcion de la situacion hace pensar que EL FUE UN ERROR EN LA VIDA DE ELLA... fue asi?
Estas historietas que escribis estan buenas, siempre me dejan pensando.

C. W. Karl said...

Luz, debemos confiar en nuestras percepciones y, actuar en consecuencia que muy difícilmente nos equivoquemos. En todo encuentro o hecho casual, siempre hay algo que no podemos interpretar racionalmente, por lo tanto debemos dejar la mente a un lado y guiarnos por nuestros corazones.

Besos!

Rodolfo N said...

Una historia interesante y tan bien contada , da para muchos finales e interpretaciones.
Me quedó con la que pusiste.
Besos, amiga.

Luz said...

Sin daños a 3ros, Gracias por tu comentario. La historia en si era una simple excusa para llegar a la reflexion final. Que bueno que te guste como escribo.
Muchas gracias
Luz


Charly, concuerdo totalmente con vos. Tus comentarios son como la cuota de analisis que a veces no hago yo. Muchas gracias por pasar por aca siempre.
Un beso
Luz

Rodolfo, que te guste a vos como escribo es un placer. La manera en la que vos usas las letras a mi me gusta mucho. Como siempre, gracias por tu visita.
Un beso
Luz