Sunday, April 08, 2007

Haciendo frente

Si no existiera un Norte en nuestra vida, deambularíamos desorientados por ella. Creo que la meta es lo que le da sentido, pasión y fuerza a nuestra vida. Así como lo es el titulo la meta del que estudia, y los trofeos de quienes compiten, lo mismo pasa con la vida misma.
¿Hacia a donde estoy corriendo? El sentido de mi vida, es algo mio, personal e intransferible. Si no estuviera consiente de lo que quiero para mi y no tendría una idea de lo que es mi meta al final del camino creo que cabría la posibilidad de que mi vida feliz le ceda al paso a una vida infeliz. Esta meta la veo directamente relacionada con lo que son nuestros proyectos y sueños con la suma de mi concepto de persona. Los valores inculcados a través de la infancia, a través de nuestro crecimiento nos ayudan a elegir y a optar por los caminos por lo que queremos transitar. A veces nos equivocamos, a veces damos pasos al costado, a veces no avanzamos y tampoco retrocedemos, simplemente nos quedamos estáticos esperando que pase el momento de incertidumbre para poder así tomar una correcta decisión.
Creo que en este último tiempo estuve frente a esta situación, analizando que quiero para mi, que quiero para mi futuro y lo que es mas preocupante en si, ¿cómo es que lo voy a lograr? Este es el punto en donde uno se topa con una pregunta que requiere de gran audacia, libertad y veracidad... ¿se lo que quiero, pero realmente estoy haciendo algo para llegar a mi meta?
A veces siento que me da miedo alcanzar lo que busco y trato de correr, con excusas baratas, de mi destino y de mi deseo. Me comporto como una niña que no quiere crecer por miedo al sufrimiento y a la decepción. Cuando algo realmente me gusta prefiero dejarlo a mitad de camino con la idealización de la perfección para después no decepcionarme de que realmente no era tan perfecto como pensaba. Vuelvo a lo imperfecto para evitar así el factor sorpresa.
Esta torpeza invadió mi vida en el último tiempo. Me despedí de algo que parecía realmente bueno por miedosa. Y lo peor es que ya lo se, y aun así sigo teniendo miedo. El miedo a no poder ser y no poder cumplir con lo que esperan de uno. El miedo a delegar mis ambiciones personales y después a arrepentirme. El miedo a darle prioridad a algo que no sabes como va a terminar.
Empecé este año con muchas preguntas. Algunas las estoy contestando poco a poco. Paso a paso estoy recuperando la confianza que tal vez no encontraba en algunas personas a las que frecuentaba. Poco a poco mi vida se esta llenando de color y el año abre pasos a nuevas oportunidades y nuevas puertas de salida.
Necesitaba un cambio. Necesitaba charlar mas conmigo, y escuchar mas a los otros. Leer, informarme, trabajar, y hacer cosas por y para mi. Entender el significado de las causalidades que se hicieron presentes a lo largo de mi vida, me hizo mirar y aprender de historias pasadas de una manera distinta y desconocida.
Una vez me dijeron que cerrando los ojos la mente puede abandonar el lugar físico de la persona para transportarse al lugar en que le gustaría estar. Últimamente mi mente, me abandonó más de un millar de veces. Transportándome hacia donde desearía seguir mas allá de todo lugar. Hace frió. El balcón sigue estando abierto y por la cortina entra un aire fresco que me remonta a la realidad. Me doy cuenta del día, no lo puedo creer, y no logro evitar preguntarme ¿en qué momento llegó el otoño?