Ayer, me despedí...
Ayer elegí sacar del camino las cosas que no me hacían bien. Las cosas que uno al estar acostumbrado les cuesta sacar del medio, pero que tarde o temprano hay que sacarlas (o correrlas un poco) para poder seguir avanzando. Dediqué horas a este trabajo, a esta reflexión y pensar las consecuencias de mi acto, pero me decidí a hacerlo y ayer me despedí.
Les dije "adiós" a aquellas cosas. Empecé con mi manía de comerme las uñas, esto puede parecer algo inofensivo pero me di cuenta de que realmente no es así, se convirtió casi en una adicción que no podía controlar. Ante cualquier cosa que me ponía un poquito nerviosa empezaba a mordisquear mis uñas, a tal punto de que comencé a lastimarme los dedos, ni a hablar de lo mal que quedaban estéticamente. Después proseguí despidiendome del café, pero no de cualquier café, me despedí del café nocturno. Antes de irme a dormir tenia el vicio de prepararme un café todas las noches, aun sabiendo que el café me impedía dormir bien y hacía que me quedara horas en la cama dando vueltas pensando en no sé que. El problema era que nunca antes había asociado que me si me tomo un café para levantarme, como voy a pretender tomarme un café para dormirme, pero bueno son esas cosas obvias de las que uno se acuerda tarde. A continuación, decidí despedirme de varias canciones que tenía archivadas en mi computadora. Hay música que para lo único que sirve es para que revivas cosas del pasado, o para trasmitirte mensajes de culpa, nostalgia y tristeza. Así que opté por eliminarlas y a continuación grabé canciones mas alegres, con mensajes mas esperanzados. Después se me ocurrió pasar a mis cajones. Ay... ¡Cuantas cosas para despedir tenía en esos cajones!, desde ositos hasta cartitas. Debo reconocer que fue un momento emotivo, ya que primero dediqué mi tiempo a mi caja de recuerdos, esas cartas, esas fotos, esos dibujos que uno tiene guardados de años atrás que sirven para empujar el pasado consigo. Por supuesto que hay cosas de las que no pude deshacerme, pero había otras tantas que elegí archivar, y dejarlas bien archivadas. Estoy convencida de que si esas cosas eran realmente importantes, es suficiente con que las tenga en mi memoria. Con las cartas que archivé, archivé una historia. Con las fotos que archivé, archivé una cara. Con los dibujos que archivé, archivé una memoria, y así nada mas, fui archivando distintas étapas de mi vida. Antes de deshacerme de mis agendas de años anteriores, me dediqué a darles una última lectura... ¡que distinta y que igual que soy a la chica de años atrás! Por cada frase que escribía, revivía una sensación, como si el tiempo no hubiese pasado. Me costó, pero decidí tirarlas, ¿con qué motivo seguir teniéndolas? para qué saber que estaba haciendo el 28 de junio del 2000, si lo importante es vivir este 28 de junio, este hoy...
Sucesivamente y en las horas siguientes, me fui despidiendo de diferentes manías, diferentes rituales y diferentes costumbres como, por ejemplo, subir a mis perras a mi cama y usarlas como bolsitas de agua caliente, ignorando que estuvieron en la calle y que se revuelcan por lugar que encuentran, asi durante mucho tiempo mas me fui despidiendo y cambiando diferentes cosas. Hasta que me tocó despedirme de él. Fue sinceramente lo que mas me costó. Fue lo que más pensé, lo que más cuestioné, y lo que más anhele. Pero lo dije y lo hice. Lo pensé y lo reflexioné. Lo sentí y lo actué. Me despedí mentalmente, deseándole lo mejor, pero simplemente opté por desprenderme de su recuerdo, ante la nueva oportunidad que me presentó la vida, opté por terminar mi momento de reflexión, opté por concluir mi momento de duelo. Opté por despedirme de él, pero no de lo que viví. Ya mas fuerte, mas entera, opte por olvidar la historia, pero nunca, jamas, la metafora. Pobre, él ni enterado esta de que me despedí o ¿si?... ¿lo sentirá?, ¿será cierto que algunas personas sienten los sentimientos de las otras personas sin una comunicación de por medio? Ojala no se haya despertado por mi culpa, tenía una voz de dormido... pero bueno, fue mi manera de decirle "chau, me voy... que duermas bien"